Aunque suene como una locura, lo cierto es que David Braben – un desarrollador de videojuegos – ha conseguido el sueño dorado de muchos, tener un computador por menos de 100 euros. Aunque las restricciones en el rendimiento son importante para quienes gustan de juegos, estamos en presencia de una solución sumamente eficiente si se quiere sustituir el conocido “netbook” por una alternativa mucho más barata y portable.
Braben es dueño de Frontier Developments y tiene a su haber triunfos importantes en la creación de juegos como Rollercoaster Tycoon, Lost Winds y el famoso Kinectimals, por lo que esta creación no es casualidad. El equipo apodado como “Raspberry Pi” cuesta unos 18 euros y es del tamaño de un pendrive, aunque su característica estética es poseer un puerto HDMI en un extremo y en el otro uno USB.
Este pequeño y eficiente equipo utiliza Linux como sistema operativo, posee un procesador ARM11 de 700 MHz, tiene 128MB de Ram y un procesador gráfico que admite OpenGL ES 2.0, lo que es más que suficiente incluso para ejecutar videos en HD 1080p. Como reemplazo de un disco duro se utiliza una tarjeta SD, lo que es asequible para todo el mundo y añade cierta independencia a quien aproveche la portabilidad de este excelente equipo.
Esta noticia es sumamente importante ya que hace muy poco hemos dicho el gran problema en el que se encuentra la venta de Netbooks, los que ya bajaron un 40% respecto de temporadas anteriores y siguen sin mejorar. Así, ni los honorables smartphones podrán salvarse si a esta solución portable se añade una pantalla OLED de pequeñas dimensiones igual de transportable a un precio módico.
La idea de David Braben al crear este equipo es permitir que los usuarios naveguen por Internet, lean correos electrónicos y escriban documentos, aunque no se dan más detalles sobre el tipo de conectividad que podría aportar o el rendimiento sobre el que trabajará con cada aplicación. El Raspberry Pi comenzaría a ser vendido por 18 euros en los próximos 12 meses, cuando se tengan aplicaciones y el proyecto sea viable en términos cuantitativos.