Uno de los platos fuertes en el día de ayer del CES 2013 de Las Vegas fue la presentación oficial de un terminal que ya estaba más que anunciado, el ZTE Grand S, la apuesta principal de la compañía china para principios de año.
El terminal destaca por su diseño ultrafino, y también por su pantalla de cinco pulgadas y resolución FullHD, a la altura de los otros teléfonos de gama alta que se están presentando en estos días. En principio saldrá solo para el mercado chino, pero estamos seguros de que pronto lo veremos viajar, o recibiremos a un gemelo internacional suyo.
La firma china ZTE anunció hace unas semanas que mostraría al mundo su nuevo buque insignia, el ZTE Grand S, en el evento CES de Las Vegas. Poco han tardado en cumplir su promesa los chicos de ZTE, ya que ayer mismo presentaron por todo lo alto su nuevo terminal, un espectacular teléfono ultradelgado y con una pantalla de cinco pulgadas FullHD que no tiene nada que envidiar a las de otros teléfonos, como los recientes Sony Xperia Z.
Muchos seguirán mirando con recelo a todos los terminales que vengan desde China, cuando sin embargo estamos acostumbrados a alabar a los que viene de Taiwan o Corea del Sur, países muy cercanos al gigante asiático.
El caso es que todavía seguirán pensando que, por mucho que haga ZTE, no podrá estar a la altura de un Samsung o un HTC. Sin embargo, las características de este nuevo ZTE Grand S nos dicen lo contrario, y no se puede dudar de que sea un móvil potente y de gama alta, desde luego.
Empezando por su pantalla de cinco pulgadas, con resolución FullHD, algo que se va a convertir en norma a partir de ahora para todos los terminales de gama alta. La pantalla luce espectacular en las fotografías, con una nitidez fantástica y una viveza de colores sensacional.
El diseño del teléfono, de solo 6,9 mm de grosor, es ultrafino, y muy elegante, con el frontal negro y la parte posterior blanca, lisa casi por completo, con el único elemento «invasor» de una estupenda cámara de 13 megapíxeles nada menos, con Flash incorporado.
Y si por fuera el teléfono da la talla más que de sobra, el interior tampoco se queda atrás. Un magnifico procesador Qualcomm Snapdragon S4 de cuatro núcleos a 1,7 Ghz se encarga de otorgarle al terminal toda la potencia que necesita, respaldado por 2 Gb de memoria RAM. Un ensamblaje perfecto para mover Android Jelly Bean 4.1, que ya viene preinstalado en el dispositivo. Además, la batería tampoco será un problema, ya que cuenta con una de 2.500 mAh.
En principio, el terminal ha sido anunciado solo para el mercado chino, pero estamos seguros de que ZTE exportará este magnífico dispositivo a todo el mundo en unos meses, tal y como está ahora, o tal vez en una versión internacional, al igual que ya hizo HTC con su Droid DNA, la versión internacional de la phablet J Butterfly.