Un SSD es un disco duro con esa nueva tecnología que, todos los que la prueban, hablan maravillas de ella. Discos de alto precio y poca capacidad que es capaz de alcanzar velocidades de lectura, escritura y tiempos de acceso increíbles.
Son la nueva moda, ya no ampliamos RAM, simplemente, instalamos un SSD y mejoramos el rendimiento global del PC en un buen porcentaje. Todos los nuevos portátiles, ya suelen venir con uno, incluso algunos fabricantes apuestan por portátiles con SSD solamente, consiguiendo portátiles mas finos y ligeros.
Las ventajas son innegables. Pero, ¿son todo ventajas? ¿Su sobreprecio es la única desventaja? Hoy vengo a hablaros desde la experiencia de haber tratado con los SSD profesionalmente y hablar de la cara oculta de esta tecnología.
Primero voy a explicaros qué es realmente un SSD.
Los discos de estado sólido (SSD), son discos basados en las memorias NAND Flash, como las memorias USB que todos usamos y las memorias internas de nuestros móviles. Es un tipo de memoria que lleva implantado mucho tiempo como podemos comprobar.
Si nos vamos al funcionamiento real de las memorias, vemos que, respecto a la RAM (otro tipo de memoria flash), tienen la diferencia de que, sin corriente, son capaces de mantener la información, y lo hacen alterando físicamente cada uno de los sectores, por tanto realmente hay un cambio en la memoria. Dicho cambio no es magnético como en los HDD, por tanto hay que plantearse cuántas veces podemos modificar el estado de cada sector, descubriendo una vida útil algo baja respecto a muchos otros componentes.
En memorias para móviles, dispositivos USB, tarjetas de memoria y demás, su uso está estandarizado y con pocos problemas en la práctica, ya que el uso que puedan tener es más secuencial o con un sistema operativo que escribe menos que un PC de sobremesa. Solo en móviles muy antiguos notamos una lentitud fuera de lo normal cuando su uso ha sido elevado y la memoria ha llegado a su fin, la resistencia que presenta a la escritura es muy grande y el dispositivo se vuelve muy poco útil.
En los SSD, la vida útil es aún más corta porque son capaces de llegar a mayores velocidades, por tanto, más rápido podemos llegar al fin de dicha vida. No es que tengan menos vida útil, es que son mas rápidos, para bien y para mal.
Las tasas de escrituras no las suele especificar el fabricante, se rumorea que va entre las 10000 escrituras y las 30000 aproximadamente, parecen muchas, pero los sistemas operativos generan archivos temporales diariamente, que en cuestión de meses, pueden acabar con la vida del disco.
El tiempo en el que ya se va mermando la memoria, se convierte en transferencias más lentas y por resistencia a escritura, mayor consumo, por tanto no muere el disco, se vuelve cada vez, menos productivo hasta un punto en que tengamos que cambiarlo por ser peor que muchos HDD antiguos.
Con esto, no quiero decir que los SSD no sean recomendables, vemos como este sistema de memorias está todo tipo de dispositivos. Si os informáis aun más sobre el tema, veréis que mucha gente opta por tener un SSD, poniendo los archivos temporales y personales en un HDD. Pero mi crítica viene a que muchos ordenadores nuevos, promueven el uso exclusivo del SSD, algo que no es recomendable y que los usuarios aceptan al desconocer esto.
Es por ello que profesionalmente no se está optando por los SSD tanto como en tecnología de consumo, hay otros SSD para profesionales con vida útil 10 veces superior gracias a otras tecnologías, pero con un precio exponencialmente más elevado.
He realizado este artículo para informar y que cada uno decida lo mejor en su caso, pero lo que tienes que saber es que los SSD tienen una vida útil de 2 años con un uso normal de un sistema, si movemos archivos, la vida útil bajará a 1 año o menos. El mejor indicador para saber si vamos bien es mirar si hay sectores erróneos, mientras no exista ninguno, el disco está en perfecto estado.
Yo no le doy buena valoración a esta tecnología, pese a sus ventajas, por ese motivo, trabajo con sistemas RAID para conseguir altas tasas de lectura y escritura (similares a las de los SSD) pero no quiero malgastar tanto dinero (como hice con los SSD que tuve) para una ligera mejora de éstos frente a un RAID. Para el sistema únicamente sí se recomienda pero, al menos en Ubuntu, la diferencia en el tiempo de acceso entre RAID SSD y RAID HDD no la he notado prácticamente.
Buen artículo, aunque al inicio, es incorrecto decir que un SSD es un disco duro, como mencionas. De hecho, una unidad de estado sólido tiene más parecido con una memoria flash, que con un HDD.
Saludos
pero, ¿porque si las ram están echas de lo mismo, no presentan problemas de escritura?
¿y que opinas de los discos híbridos?