El mundo de la tecnología avanza un ritmo que a veces es difícil seguir y que incluso a veces se avanza más de la cuenta. Un ejemplo de esto es la noticia que hoy aparecen en distintos medios hablando ya del Samsung Galaxy S6 o del Samsung Galaxy Note 5 y ni tan siquiera se han presentado el Samsung Galaxy S5 o el Samsung Galaxy Note 4, que deberían ser los antecesores de los terminales objetos de la noticia.
Ya hemos visto muchas noticias en las que se dice que Samsung, el año que viene, estrenará los procesadores octa-core fabricados con arquitectura de 64 bits en sus buques insignias, Samsung Galaxy S5 y Samsung Galaxy Note 4. El primero no es del todo seguro que vaya a equipar estos nuevos procesadores de Samsung aunque si que es muy probable. Lo que sí es seguro es que el Samsung Galaxy Note 4 los llevará al encontrarse su lanzamiento a finales del año que viene. Este movimiento parece que lo hace Samsung para igualarse al que hasta ahora es el único terminal que equipa un procesador de este tipo, el iPhone 5S.
A todo esto se unen una serie de filtraciones provenientes de un dirigente de ARM en las que menciona que se está trabajando ya en la posible arquitectura de 128 bits para dentro de dos años. Se supone que el motivo por el que ARM ya trabaja en esta arquitectura de 128 bits no es otro que la mayor demanda de potencia en los futuros smartphones que deberán dar respuesta por ejemplo al reconocimiento facial.
Para hacernos una idea, si llegásemos a los 128 bits en dos años muy posiblemente llegasen antes a los procesadores ARM de los procesadores que a los procesadores i386 de los PC que actualmente se encuentran, con la familia Haswell de Intel como máximo exponente, en los 64 bits.
La verdad es que esta carrera que parece que ha lanzado Apple lanzando el procesador A7 con arquitectura de 64 bits no ha hecho más que empezar. Pero, ¿estaremos ante una carrera sin sentido, habitual en el mundo de la tecnología por otra parte, en la que los fabricantes lo único que hacen es mostrar y alardear de números? Ejemplos de esto último tenemos varios, la cantidad de Mpx incorporados en los sensores que equipan las cámaras fotográficas o las densidades de pixeles en las pantallas de nuestros smartphones sabiendo que por encima de los 300 ppi es difícilmente distinguible por el ojo humano. y tu, ¿Qué opinas?