En los últimos años y como resultado de la llegada de los móviles y de la evolución de estos en Smartphones, poca gente definiría sus dispositivos como unos objetos con los que sólo realizar llamadas. De hecho, ésa es una de las funciones que menos se utilizan de los Smartphone hoy en día. Nuestros terminales nos permiten tomar fotografías, chatear, navegar por Internet, escuchar música… Las utilidades de los teléfonos móviles a día de hoy son casi inimaginables. Pero ello conlleva también un problema que han experimentado todos los usuarios: la vida de las baterías cada vez es más corta. Es tal el uso que hacemos de este aparato que nadie puede permitirse no cargarlo prácticamente a diario. ¿Estamos ante una contra-revolución en la vida de las baterías de los móviles?
La respuesta es, sin duda, que no. Aunque pueda parecernos lo contrario, las baterías de los teléfonos también han evolucionado y han mejorado en todos estos años. Las baterías actuales son mucho más potentes y duraderas que las de hace cinco o seis años, pero el problema radica en que no han avanzado al mismo ritmo que la tecnología de los teléfonos. Estos son ahora mucho más potentes y ofrecen muchas más prestaciones que los aparatos de unos años atrás y las baterías, a pesar de que estas mejoras, no han experimentado una evolución tan extraordinaria.
Si nos fijamos en algunos modelos antiguos, como el Nokia 3310 que tuvo un gran éxito, uno de sus grandes fuertes era la enorme vida de su batería. Se podía estar varios días sin cargar y la batería no se agotaba, algo que hoy en día es difícil de imaginar. Sin embargo, la marca nipona ha ido mejorando sus baterías. En el Mobile World Congress de 2013 se pudo ver una batería que duraba más de un mes en standby y daba la posibilidad de hablar por teléfono durante más de doce horas seguidas.
Mejorar la duración de la batería del móvil, el gran objetivo de los fabricantes de móviles
Otro aspecto importante es que los usuarios deben aprender a ahorrar batería. Algunos consejos sencillos como desconectar el Bluetooth, el Wi-Fi, rebajar el brillo de la pantalla o quitar el efecto vibrador y el sonido de las teclas ayuda a alargar la batería de nuestros teléfonos. También usar el modo avión puede ayudarnos a mantener la batería en situaciones críticas.
Sobre todo, es importante no dejar conectadas algunas apps ya que habitualmente cuando las usamos en lugar de cerrarlas las dejamos funcionando en un segundo plano lo que, evidentemente, consume energía. Asimismo, los teléfonos de última generación como el Samsung Galaxy Note 4, producto estrella de la operadora T-Mobile, ofrecen al usuario un gran control sobre el consumo de su batería al permitirle ajustar los procesos internos del teléfono. Sin duda esto último es de agradecer en modelos como el mencionado Samsung Galaxy Note 4, el Lumia XL o el Nexus 6, terminales cuyas pantallas superan las 5 pulgadas.
No obstante, es evidente que los fabricantes de teléfono móviles tienen que “ponerse las pilas” en la evolución de baterías. Los fabricantes a día de hoy «corren» para ofrecer a los consumidores aparatos más versátiles, más potentes y más capaces pero, si estos mismos fabricantes no son capaces de mejorar las baterías de estos al mismo ritmo, su usabilidad va a ser escasa. Un ejemplo de esto último que decimos lo tenemos en el último Smartwatch lanzado por Apple, que ofrece grandes prestaciones pero cuyos usuarios se han quejado de bastantes problemas de batería.
Saludos desde lo más profundo de los bytes.