Mirror’s Edge Catalyst es la segunda entrega de Mirror’s Edge, y estará disponible para PC, PS4 y Xbox One a partir del 24 de Mayo de 2016. En este juego cada sonido (o el propio silencio) es la representación de tus acciones en un juego en el que cada centímetro del mundo es interactivo de alguna forma – algo que escalar o en lo que encaramarse, sobre lo que saltar, que patear… Es una experiencia libertadora y casi transparente.
Por eso no sorprende que una de las primeras cosas de las que nos percataremos cuando podamos movernos con libertad en el reino de ‘Glass’, una localización utópica pero podrida, es que no estamos ante un mundo abierto, al menos de la forma en que estamos acostumbrados. Muestra las marcas de serlo -marcadores de objetivos, avisos de misiones secundarias y secretos escondidos- al recorrer el mapa, mientras nos preocupamos de mejorar a nuestro personaje a través de árboles de habilidad con los puntos de las misiones. Sin embargo viajar por este mundo demuestra ser una experiencia mucho más orquestada y menos aleatoria.
Mirror’s Edge vuelve a saltar…
La ciudad de Glass se extiende desde el centro de transportes central de Zephyr (que es el hogar secreto de los protagonistas, los Runners) diviéndose por sectores. Cada sector constituye una sección de la ciudad que espera ser explorada, y se desbloquea al progresar en la campaña principal y además requieren de las habilidades que iremos desbloqueando. Aprende como interrumpir la electricidad y podrás pasar a través de los ventiladores que bloquean un área. Coge el gancho magnético del juego y podrás pasar un hueco que de otra forma sería mortal. Puedes verlo de la siguiente manera: Está más cerca de Zelda que de un GTA.
Como nos prometieron, no cogeremos un solo arma en todo el juego, sino que los combates serán con las propias manos (y pies) de Faith. Coger velocidad, correr por un muro y caer sobre el enemigo de forma acrobática, por ejemplo. Los ataques rápidos mientras corremos no nos ralentizarán, ya que tenemos que atontar a los enemigos mientras mantenemos el medidor de Concentración – una recompensa por recorrer el escenario de manera fluida que hace que las balas se pierdan mágicamente por el camino – al máximo.
Tiene el efecto de hacer que los enfrentamientos del juego sean un poco ‘secos’, un conjunto de ataques fuertes y débiles al que se añaden las esquivas habituales de los juegos de acción, que no están a la altura de las capacidades gimnásticas de Faith. Pero eso, como la ausencia de un mundo abierto real, es algo que se ha hecho a propósito.
Un juego de Mirror’s Edge que te obligue constantemente a parar para pelear o que te lleve por un camino recto a tu destino no sería un Mirror’s Edge. Catalyst es más el lógico siguiente paso en esta fórmula que una reinvención, es decir, carreras desenfrenadas, huidas por los edificios haciendo parkour por finas barandillas, romper cristales ya sea al golpear a enemigos contra ellos o para escapar. Mirror’s Edge Catalyst expande los niveles lineales originales con mayor libertad y múltiples puntos de interés. Se nota que es una evolución casi perfecta, con toda la gracia y movimientos que los fans adoran, pero muchas más formas de aplicarlos y de recorrer el mundo.
Fuente: Pagina Oficial