Últimamente ha surgido una tendencia en torno a la palabra «chemtrails», pero ¿es verdad esta teoría conspirativa? Si mira al cielo en un día soleado y sin nubes, es posible que note estelas blancas detrás de los aviones. Estas estelas están compuestas principalmente por agua y se conocen como estelas de vapor, sin embargo, cada vez más personas creen erróneamente que son evidencia de algo oscuro.
Algunos sostienen que entidades maléficas están esparciendo productos químicos peligrosos, denominados «estelas químicas», sobre la población con fines que no están del todo claros ni son coherentes. El creciente pensamiento conspirativo en medio de la pandemia de Covid, unido a la temporada de viajes de verano y cielos despejados, ha permitido que la teoría de los chemtrails, antes marginal, sea promovida por importantes figuras influyentes.
Chemtrails: ¿Qué hay de cierto en la teoría de la conspiración?
Las estelas de condensación son una formación natural que se produce cuando el vapor de agua y las partículas de hollín resultantes de la combustión del combustible de los aviones se congelan, creando cristales de hielo. Si la humedad del aire es baja, estos cristales se disipan, pero si es alta, pueden persistir y formar estelas de vapor visibles en el cielo.
El meteorólogo Aidan McGivern, de la Met Office, explica que esta diferencia de humedad explica por qué algunos aviones dejan estelas de vapor mientras que otros no. Además, cuando la humedad es elevada, las estelas pueden durar más tiempo y transformarse en finas capas de cirros, nubes que se encuentran a gran altitud y que tienen una apariencia corta, desprendida y con forma de pelo.
A pesar de que algunos creen que las supuestas sustancias químicas presentes en las nubes pueden ser dañinas para la salud humana, McGivern asegura que esto es poco probable, ya que se encuentran a gran altura.
Cómo comenzó esta teoría conspirativa
La teoría conspirativa de los chemtrails surge en la década de 1990, cuando algunos creyentes afirmaban que los gobiernos o fuerzas oscuras estaban rociando el planeta con aerosoles que contenían bario para pacificar o reducir poblaciones. Con el tiempo, esta teoría ha evolucionado y actualmente existen varias vertientes que sostienen que estas sustancias químicas son utilizadas para diversos fines no claros ni coherentes.
Por ejemplo, algunos defensores de la teoría de los chemtrails afirman que estas sustancias químicas son utilizadas para alterar el clima, controlar la mente de la población, modificar la biodiversidad o incluso para fomentar la propagación de enfermedades. Sin embargo, estas teorías no cuentan con pruebas científicas que las respalden y han sido desacreditadas por diversas organizaciones y científicos en todo el mundo.
Debemos recordar que las estelas de condensación son un fenómeno natural y común en los cielos, y que no hay evidencia alguna de que contengan sustancias dañinas para la salud humana o para el medio ambiente. Es necesario ser críticos con la información que recibimos y buscar fuentes confiables y científicas para evitar caer en teorías conspirativas infundadas.
Los defensores de la teoría de los chemtrails han ampliado sus acusaciones, afirmando que las estelas de condensación se utilizan para una amplia gama de propósitos malintencionados, como la propagación de Covid-19, la distribución de vacunas, el control mental, la reducción de la población o incluso la creación de un «nuevo orden mundial».
Destacar que estas acusaciones no tienen base científica y han sido desacreditadas por la comunidad científica en todo el mundo. En particular, la idea de que las estelas de condensación se utilizan para propagar Covid-19 o distribuir vacunas es completamente falsa y no tiene ningún respaldo científico.
Entonces, ¿Cuál es la verdad sobre los chemtrails?
Las acusaciones falsas han sido tan frecuentes en los últimos tiempos que organizaciones como Full Fact, una organización benéfica que se dedica a verificar los hechos, han publicado múltiples desmentidos desde abril de este año. Por lo tanto, es esencial ser críticos con la información que recibimos y buscar fuentes confiables y científicas para evitar caer en teorías conspirativas infundadas.
La verdad es que no hay evidencia de que los chemtrails, tal como los describe la teoría conspirativa, sean reales. No hay pruebas de que los aviones estén rociando constantemente grandes cantidades de sustancias químicas peligrosas sobre la población. Las estelas de condensación, que se producen cuando el vapor de agua se congela debido al frío en la atmósfera alta, son el resultado natural del vuelo de los aviones y no contienen productos químicos peligrosos.
¿Por qué ahora se observan en los cielos más estelas que hace 40 años? Tres factores lo explican. Abro hilo. pic.twitter.com/nudOZRNRNf
— Benito Fuentes (@metbeni) May 21, 2023
Los experimentos secretos de guerra bacteriológica en Gran Bretaña y San Francisco en la década de 1950 son hechos históricos, pero no respaldan la teoría de los chemtrails como se presenta en la actualidad. Las afirmaciones de los teóricos de la conspiración sobre los chemtrails carecen de base probatoria y han sido desmentidas por expertos en aviación y salud pública.
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