La reciente actualización de Steam ha desatado un debate que lleva años resonando en la industria del videojuego: ¿somos realmente propietarios de los juegos digitales que compramos? La plataforma de Valve, en cumplimiento de una nueva ley californiana, ha introducido una advertencia que deja claro que al adquirir un juego digital estamos adquiriendo una licencia de uso, no la propiedad del software.
Esta revelación, aunque pueda parecer obvia para algunos, ha generado cierta inquietud entre los jugadores. Durante años hemos asumido que al comprar un juego, ya fuera en formato físico o digital, estábamos adquiriendo un bien tangible. Sin embargo, la realidad es que los juegos digitales son más bien un servicio que un producto. Estamos pagando por el acceso a un software que se encuentra alojado en servidores remotos y cuya disponibilidad depende en gran medida de las decisiones de los desarrolladores y distribuidores.
Tus juegos de Steam no te pertenecen
- Vulnerabilidad ante retiradas: Como ya hemos visto en casos anteriores, las empresas pueden retirar juegos de las bibliotecas digitales en cualquier momento, dejando a los jugadores sin acceso a títulos que han pagado.
- Dependencia de las plataformas: Al estar ligados a una plataforma específica, los jugadores quedan a merced de los cambios en las políticas de estas empresas. Un cierre de servidores o una modificación en los términos de servicio puede imposibilitar el acceso a los juegos.
- Dudas sobre la preservación: La naturaleza digital de los juegos plantea interrogantes sobre su preservación a largo plazo. A diferencia de los juegos físicos, los digitales pueden desaparecer con el tiempo si no son respaldados por los desarrolladores o si las plataformas en las que se ejecutan dejan de existir.
¿Qué podemos hacer ante esta situación?
Si bien es cierto que los jugadores tienen poco margen de maniobra ante esta nueva realidad, existen algunas medidas que podemos tomar:
- Informarnos: Es fundamental leer detenidamente los términos y condiciones de cada plataforma antes de realizar una compra.
- Realizar copias de seguridad: Aunque no sea una solución definitiva, realizar copias de seguridad de nuestros juegos puede ayudarnos a preservar nuestros archivos en caso de que la plataforma original deje de funcionar.
- Apoyar iniciativas de preservación: Existen diversas iniciativas comunitarias y organizaciones dedicadas a preservar los videojuegos. Apoyar estas iniciativas puede contribuir a garantizar la longevidad de nuestros juegos favoritos.
En última instancia, la advertencia de Steam nos recuerda que la propiedad digital es un concepto complejo y en constante evolución. Si bien es poco probable que esta situación cambie a corto plazo, es importante que los jugadores sean conscientes de los riesgos y tomen decisiones informadas al momento de adquirir juegos digitales.
Gracias