Todos hemos soñado alguna vez con tener el setup de figuras como Ibai, Auron o Rubius. Con el paso de los años, el mobiliario de este tipo de habitaciones se ha ido abaratando hasta hacerlo accesible al público general. Cuando hablamos de asientos, la oferta es tal, que muchas veces nos puedes resultar difícil decantarnos por sillones, sofás y sillas que encajen con la decoración del resto de la estancia. Partiendo de esta premisa, ¿cuál es la opción correcta en función de nuestras necesidades y, sobre todo, presupuesto? Eso es lo que trataremos de responder a lo largo de este artículo.
Sillas de oficina, el punto de partida
Al principio, todos empezamos igual. Una silla de oficina que encontramos en casa, prestada o comprada en algún outlet. Son funcionales, pero te avisan: «Aguanto máximo dos horas». Después, el dolor de espalda habla por sí solo.

Tienen su encanto, eso sí. Son versátiles, ligeras, y si no tienes presupuesto, cumplen. Pero pronto descubres que no son la solución definitiva para maratones de streaming.
Sillones gaming, entre el mito y la realidad
Luego está el mito del sillón gaming. Parece la solución perfecta. Respaldo alto, colores llamativos, diseño que grita «soy un profesional». La realidad es más compleja. O, al menos, distinta.
No todos los sillones gaming son iguales. Algunos son verdaderas obras de ingeniería. Otros son solo marketing con poco sustento, con materiales a menudo muy mejorables que se acaban degradando con el tiempo. La clave está en probarlos, en sentarse y sentir cómo responden a tu cuerpo, no solo a tus ojos.
Los sofás: ¿comodidad o profesionalidad?
El sofá es el comodín del streamer. Permite cambiar de postura, invitar a otros creadores y generar contenido colaborativo. Pero no todos los sofás son aptos para streaming.
Un buen sofá para streaming debe tener profundidad suficiente para no hundirse, respaldo firme y, si es posible, alguna zona que permita apoyar elementos como mandos o ratón. No es lo mismo un sofá de salón que uno pensado para espacios de trabajo creativo, aunque siempre se puede adaptar con los accesorios correspondientes. Por ejemplo, una mesa reclinable o un soporte para facilitar el control de periféricos.
Sillones reclinables, el lujo de la adaptabilidad
Por su propia definición, los sillones reclinables son la evolución natural del sillón tradicional. Nos referimos a las versiones contemporáneas de los míticos reclinables, que ocupaban millones de hogares durante la segunda mitad del siglo pasado. A diferencia del concepto original, los diseños que se comercializan hoy día cuentan con mecanismos suaves que te permiten pasar de una postura de trabajo a una de descanso en segundos.
Su gran ventaja: la adaptabilidad. Puedes estar dando una clase, entrevistando a alguien, jugando un torneo o simplemente charlando con tu comunidad. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Nuestro consejo: no hay una fórmula universal, pero prioriza la comodidad
Pensar en un asiento como un gasto es un error monumental. Es una inversión en tu salud y, por ende, en tu capacidad de crear contenido de calidad. Tampoco existe el asiento perfecto. Existe el asiento perfecto para ti. Nuestro consejo: prueba, equivócate, cambia. Y si no convence la estética de uno, pero sí su comodidad, recuerda que siempre puedes cambiarla recurriendo a servicio de tapicería. Al fin y al cabo, la salud es lo más importante cuando pasas horas delante del ordenador.
Gracias