Ojo, la digitalización ya no es una opción «por si acaso», sino una obligación legal para todas las empresas en España. Las leyes están apretando para que nos modernicemos y, sobre todo, para que haya transparencia fiscal. Hemos visto nacer la estricta Ley Antifraude y, más recientemente, la Ley Crea y Crece. Estas normas tienen dos objetivos claros: acabar con la morosidad y hacernos más competitivos a golpe de tecnología.
Para la mayoría de los negocios, el cambio se resume en dos puntos clave: el control horario digital obligatorio y la inminente facturación electrónica B2B. Adoptar estas soluciones no es solo un papeleo que hay que cumplir; es la jugada inteligente para optimizar procesos y, de paso, evitarte multas innecesarias.
Dentro de este nuevo ecosistema digital, hay una pieza que se vuelve crucial: la verificación de factura electrónica. Este proceso es la garantía de que tus transacciones son intocables y rastreables. De hecho, sistemas como VeriFactu son esenciales para asegurarte de que cumples con todo lo que pide la Agencia Tributaria.
El Pilar de la Ley Antifraude: ¡A fichar, pero de verdad!
Aunque todo el mundo habla ahora de la factura electrónica (gracias a la Ley Crea y Crece), el control laboral se sentó antes con el Real Decreto-ley 8/2019. Este decreto hizo que el registro de jornada fuera obligatorio. ¿La meta? Evitar el fraude laboral, asegurarse de que nadie trabaje gratis de más y que los horarios sean cristalinos para el empleado y para la inspección.
El fichaje no vale de cualquier manera; tiene que ser robusto y que no se pueda manipular. La ley exige que el registro sea:
- 100% Fiable: Debe registrar la hora exacta de entrada y salida, y que ni el jefe ni el empleado puedan retocar esos datos después.
- Fácil de Consultar: Los registros deben estar accesibles en cualquier momento para los trabajadores, sus representantes y, por supuesto, si aparece un inspector de trabajo.
- Guardado Seguro: Hay que conservar todos esos datos de fichaje durante, al menos, cuatro años.
El fichaje digital obligatorio ha forzado un cambio de chip (y de software). Las empresas han tenido que invertir en apps o sistemas biométricos. Pero el lado bueno es que ha dado mucha más seguridad a los trabajadores y simplifica la gestión de las horas extra.
La Ley Crea y Crece: El adiós al papel entre empresas
La Ley Crea y Crece es, probablemente, el terremoto fiscal más grande para las empresas en mucho tiempo. Su misión principal es clara: cero morosidad y digitalizar el comercio B2B (entre empresas).
El núcleo duro de esta ley es hacer obligatoria la factura electrónica para las transacciones B2B. Ojo, esto no es mandar un PDF por email y ya está. Implica usar formatos estructurados específicos y, lo más importante, que la Agencia Tributaria se entere de las transacciones prácticamente al momento.
Esta obligación se irá aplicando por fases, como una carrera de relevos:
- Primera Ronda: Empiezan las empresas más grandes (las que facturan más de ocho millones de euros al año).
- Segunda Ronda: Después vendrán el resto de empresas y autónomos, una vez que el reglamento esté totalmente desarrollado y haya pasado el plazo establecido.
Pasar a la factura electrónica es adoptar un sistema donde la verificación de factura electrónica es casi inmediata. Y aquí es donde VeriFactu se hace imprescindible.
VeriFactu: La póliza de seguro contra el fraude
Para cumplir con la Ley Crea y Crece, tus sistemas de facturación tienen que ser a prueba de bombas: íntegros, trazables y accesibles, evitando cualquier trampa para ocultar ventas.
El sistema VeriFactu (o Sistemas de Emisión de Facturas Verificables) es el escudo tecnológico que garantiza esto. Asegura que cuando emites una factura, esta se comunica automáticamente con la Agencia Tributaria. Esto elimina de raíz el famoso «software de doble uso» que permitía defraudar.
Apostar por esta tecnología tiene premio: se reducen los plazos de cobro (gracias a la transparencia) y te da tranquilidad legal. La clave es que te asegures de que tu software esté al día y homologado para hablar correctamente con la AEAT.
Conclusión: El control es la nueva competitividad
Tanto el control horario como la facturación electrónica son la prueba de que el control y la transparencia van de la mano de la tecnología. Las empresas estamos en un momento de cambio: la gestión ya no es manual ni discrecional, sino digitalizada, instantánea y auditable.
Cumplir con la obligación de la verificación de factura electrónica y el fichaje digital no debe verse únicamente como un gasto; es una oportunidad de oro para modernizarte de verdad, ser más competitivo al cobrar antes y asegurar que tu negocio siga navegando sin problemas legales. Invertir en sistemas de gestión certificados, como los compatibles con VeriFactu, es la mejor manera de asegurar esa transición sin riesgos.













Gracias