El precio de Bitcoin se mantuvo alrededor de los 103.600 $ (aproximadamente 97.800 €) este jueves, en medio de una fase de consolidación tras varios acontecimientos globales, como la reapertura del gobierno de Estados Unidos y las primeras señales de avance regulatorio. Los operadores observan con atención si la renovada tolerancia al riesgo y las tendencias de acumulación a largo plazo permitirán que el activo digital rompa sus niveles de resistencia clave.
Por su parte, Ethereum (ETH) retrocedió un 2,7 % hasta los 3.454 $ (unos 3.260 €), reflejando un ligero enfriamiento general en el mercado de criptomonedas.
Altcoins con movimientos dispares
El resto del mercado mostró comportamientos mixtos. Solana (SOL) cayó un 3,9 % hasta los 156 $, XRP descendió un 1,8 % hasta 2,38 $, y Binance Coin (BNB) bajó un 0,4 % situándose en 958 $. Dogecoin (DOGE) también sufrió una ligera corrección del 2,6 %, cotizando en torno a 0,17 $.
Los analistas coinciden en que Bitcoin está atravesando una fase natural de enfriamiento, típica tras un periodo de alta volatilidad. Esta etapa, según los expertos, permite a los inversores reevaluar posiciones, ajustar estrategias de riesgo y prepararse para un eventual repunte.
Acumulación silenciosa y posibles rebotes
Pese a la debilidad a corto plazo, los datos en cadena muestran un fenómeno importante: los inversores de largo plazo continúan acumulando Bitcoin, lo que indica confianza bajo un entorno de cautela. Históricamente, estas fases de miedo extremo suelen preceder fuertes recuperaciones en el mercado.
A nivel técnico, Bitcoin mantiene un soporte sólido entre los 101.000 $ y los 101.500 $, mientras que la primera resistencia importante se sitúa en 103.000 $. La barrera principal continúa en 105.000 $, nivel que desencadenó el retroceso previo.
Con el regreso de la actividad institucional y la mejora en el panorama regulatorio, los analistas prevén que, si la liquidez se fortalece, Bitcoin podría volver a intentar romper los 105.000 $ en los próximos días. El sentimiento del mercado sigue siendo prudente, pero el equilibrio entre acumulación y estabilidad sugiere que noviembre podría convertirse en un punto de inflexión para las criptomonedas.













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