Los fans del género shooter han vivido semanas muy intensas. El mercado se ha visto agitado por varios lanzamientos de enorme peso: Battlefield 6, que arrasó con más de cinco millones de copias en sus primeros días; Arc Raiders, que superó los cuatro millones en tiempo récord; y ahora, Call of Duty: Black Ops 7, que sin embargo ha llegado envuelto en polémica y críticas generalizadas. Mientras sus competidores gozan de una recepción fantástica, el nuevo título de Activision se enfrenta a uno de los estrenos más fríos que ha tenido un CoD en los últimos años.
A pesar de ser la franquicia más influyente del género y de superar los 500 millones de copias vendidas desde 2003, esta entrega se tropieza con una comunidad cada vez más exhausta. La fórmula anual, antaño sinónimo de éxito, parece estar mostrando grietas. Desde Modern Warfare en adelante, la saga consolidó lanzamientos capaces de superar los 15 o incluso los 20 millones de unidades, con picos que alcanzaron los 30 millones. Pero en Black Ops 7, la percepción es distinta: “más de lo mismo y peor”.
Black Ops 7 decepciona: ventas discretas y polémica por IA
En Steam, las cifras iniciales lo dicen todo: con apenas 825 reseñas, solo el 45% son positivas. Un contraste brutal respecto a Battlefield 6 y Arc Raiders, cuyos estrenos disfrutaron de valoraciones del 80 al 90%. Aquí, la comunidad se muestra unánime: precio elevado, falta de innovación y problemas técnicos. Varios jugadores aseguran que el título ni siquiera arranca; otros hablan de un producto de 80 dólares que se siente como una simple reskin de Black Ops 6, con cambios menores como los nuevos saltos en pared.
Pero la polémica más ruidosa tiene nombre propio: la inteligencia artificial. Activision ya había reconocido el uso de IA generativa para ciertos elementos de la saga, y Black Ops 7 vuelve a exponerlo. Los jugadores han señalado que muchas de las tarjetas estéticas muestran un estilo completamente ajeno al ADN visual de Call of Duty: ilustraciones con estética anime-cómic, bordes suavizados y composiciones claramente asociadas al arte generado por IA.
La incongruencia visual es tan evidente que numerosos usuarios lo han denunciado en los foros. Para ellos, estas tarjetas no solo rompen la coherencia artística de la saga, sino que representan una señal preocupante: menos trabajo artístico humano, más automatización y menos identidad.
A esto se suman quejas por spawns caóticos, presencia de tramposos desde el primer día —pese a que Activision prometió que “el 99% no tendría problemas”— y una sensación general de agotamiento dentro de la comunidad.
Mientras otras propuestas del género demuestran que el shooter puede reinventarse, Call of Duty parece atrapado en su propio ciclo. Black Ops 7 no solo llega con un rendimiento discreto: llega como un recordatorio de que la fórmula, por primera vez en mucho tiempo, empieza a perder impacto.













Gracias