La salida de Movistar KOI de la liga de Valorant en septiembre supuso uno de los mayores terremotos recientes dentro del ecosistema competitivo español. Lo que para muchos fue una resolución inesperada, para Ibai Llanos se convirtió en un golpe directo a su implicación profesional y emocional en el proyecto. Meses después, el creador de contenido vuelve a hablar del tema con una mezcla de frustración, incomprensión y una sinceridad poco habitual en figuras de su tamaño.
Ibai reconoció entonces que su retirada parcial del streaming a finales de 2024 pudo generar malestar en la organización que gestiona la competición. Sin embargo, nunca consideró que esa situación justificara una expulsión definitiva y sin margen de negociación, especialmente cuando intentó revertirla de todas las formas posibles sin éxito.
Una decisión que Ibai considera injustificable
Lejos de suavizar su postura con el paso del tiempo, Ibai asegura que la decisión sigue sin tener justificación. Sus palabras, directas y sin rodeos, son un reflejo de la frustración acumulada:
«Esa decisión nunca en mi vida la voy a entender. No entiendo cómo eso pudo pasar todavía».
El vasco sostiene que los argumentos formales presentados no encajaban con la realidad interna del club. Según él, la rescisión por supuestas irregularidades contractuales no tiene una base creíble y solo fue una excusa para tomar un rumbo ya decidido.
Este sentimiento se intensificó cuando afirma haber intentado revertir la situación por todos los medios. Nada funcionó. La resolución fue inmediata, definitiva y, en sus palabras, totalmente inesperada para el equipo.
El papel de Los Ratones y la visión de Ibai sobre la LEC
Ibai también abordó el crecimiento de “Los Ratones”, el equipo de League of Legends liderado por Caedrel, cuyo desembarco en la liga generó rumores y comparaciones inevitables. Lejos de culpabilizar al creador, Ibai reconoce la posición privilegiada que tiene como referente del costreaming y entiende la apuesta alrededor de su figura.
Explica que la LEC opera bajo una enorme presión financiera y que la entrada de un club con tanta visibilidad resulta lógica dentro de un negocio que busca estabilizarse. Aun así, mantiene que nada de esto justifica la forma en la que se gestionó la salida de Movistar KOI del ecosistema competitivo.













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