La crisis global de la memoria RAM ha dejado de ser una amenaza futura para convertirse en una realidad palpable dentro del mercado de los smartphones. Durante los últimos meses, numerosos fabricantes han incrementado los precios de sus nuevos modelos o han reducido especificaciones clave para mantener la rentabilidad. Y lo peor es que el problema no solo continuará, sino que podría marcar un punto de inflexión en 2026.
La escasez afecta especialmente a los módulos de alta capacidad, encareciendo de forma drástica configuraciones que hasta ahora eran habituales en la gama alta y media-alta.
Los móviles con 16 GB de RAM podrían desaparecer
Según las previsiones más recientes del sector, los smartphones con 16 GB de RAM dejarían de lanzarse en 2026. El motivo es simple: el coste de la memoria se ha disparado hasta niveles difíciles de absorber incluso para los fabricantes premium. En lugar de asumir pérdidas, las marcas están optando por dos caminos claros: subir precios o reducir prestaciones.
Todo apunta a que la segunda opción será la más extendida, especialmente en mercados sensibles al precio.
El regreso de los 4 GB de RAM, incluso fuera de la gama baja
Uno de los efectos más llamativos de esta crisis será la reaparición de modelos con 4 GB de RAM, una configuración que parecía relegada a smartphones de entrada. Si la presión sobre la cadena de suministro se mantiene, no sería extraño ver esta cantidad de memoria incluso en gamas medias, algo impensable hace apenas dos años.
En paralelo, los modelos con 12 GB de RAM podrían reducirse de forma drástica, mientras que las configuraciones de 6 GB y 8 GB se convertirán en el nuevo estándar dominante.
La inteligencia artificial, el gran culpable
El detonante principal de esta situación es el auge imparable de la inteligencia artificial. Las grandes tecnológicas están invirtiendo miles de millones en centros de datos masivos, donde la memoria RAM es un recurso crítico. Los fabricantes de chips, ante esta situación, priorizan estos pedidos porque ofrecen mayores márgenes y contratos a largo plazo.
El resultado es claro: el mercado de consumo queda relegado, con menos disponibilidad de memoria y precios mucho más elevados.
Un problema que va más allá de los smartphones
Esta crisis no afecta únicamente a los móviles. El sector del PC, los servidores domésticos e incluso otros dispositivos electrónicos están comenzando a sufrir las consecuencias. A partir de la segunda mitad de 2026, se espera una oleada de productos más caros o con especificaciones recortadas, algo que cambiará por completo las expectativas del consumidor.
Un nuevo ciclo tecnológico menos generoso
La era en la que los fabricantes competían por ofrecer cada vez más RAM parece llegar a su fin. La escasez ha forzado un cambio estructural en la estrategia del sector, donde la eficiencia y el control de costes pasarán a ser prioritarios frente a la potencia bruta.
Si la situación no se normaliza, 2026 marcará el inicio de una nueva etapa en la industria móvil: menos memoria, precios más altos y decisiones técnicas mucho más conservadoras.













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