Así sí que podríamos viajar a otros mundos.
Aparte de suponer la posible destrucción total de nuestro planeta (y nuestra especie, todo en el mismo paquete), abrir portales interdimensionales a otros universos, y vaya usted a saber qué otras barbaridades cuánticas; nuestro querido gran colisionador de hadrones (Large Hadron Collider), podría ser la llave que nos permita comprobar cierto posible efecto derivado de la teoría de la relatividad de Einstein. Eso, si el CERN lo hacen funcionar de una vez…
Parte del LHC. No, no es una lavadora gigante…
En 1924, el matemático alemán David Hilbert publicó un documento señalando un muy sorprendente efecto colateral a la relatividad de Einstein: una partícula relativista moviéndose más rápido que aproximadamente la mitad de la velocidad de la luz, debiera ser repelida por una masa estacionaria (o, al menos, parecería ser repelida a un observador inercial, mirando desde lejos).
Poder viajar con una alfombra con patas y un contrabandista chulillo, puede que más cerca.
Esta teoría ha sido retomada por un físico norteamericano, de nombre Franklin Felber, y la ha dado la vuelta. Propone que la partícula relativista también puede repeler la masa estacionaria, con una fuerza absolutamente nada despreciable. Tal es así que podría impulsar a la masa estacionaria (una nave espacial) a más velocidad de la que tenía la partícula relativista. Vamos, algo ligeramente parecido a lo que pasa cuando un coche empuja a otro por detrás, pero a una escala de fuerzas totalmente diferente.
Algo así podría ser el sistema de aceleración… o no.
Este físico también cree que esta tremenda aceleración no supondría tanto impacto (tensión) sobre la supuesta nave espacial o su carga y tripulación, las cuales sólo tendrían que preocuparse de las fuerzas de marea (un curioso efecto de la gravedad, buscad su significado en la wikipedia bajo ese nombre, o en inglés –tidal forces-). Vamos, que ya tendríamos una nave que se moviera a bastante más velocidad que nuestros cohetes actuales.
Una nave de este estilo sería interesante, ¿no?
Pero claro, todo esto hay que comprobarlo. ¿Y qué mejor sitio que la máquina bestial para crujir átomos a velocidades lumínicas? Esperemos que la mayor máquina del mundo arranque pronto, que ya quiero mi super destructor estelar aparcado a la puerta…
Pero mejor ésta, que en sus casi 4km de largo podríamos meter un LHC para impulsarnos de seguro.
Fuente: Popular Science