Los ordenadores portátiles supusieron una revolución para los usuarios, la posibilidad de llevarte tu PC donde quisieras y poder trabajar en cualquier lugar… Solo había una pega: la batería.
A lo largo de los años, los usuarios se han peleado con las baterías de sus portátiles, que cada vez parecen durar menos y menos. Los fabricantes intentan ayudar para que termine esta «batalla», pero las baterías de los portátiles siguen dando problemas.
En este tutorial te enseñaremos cómo calibrar la batería, para no quedarte colgado en cualquier momento.
Quedarse sin batería en el portátil es la mayor pesadilla de cualquier estudiante, trabajador o usuario que lo utilice con asiduidad lejos de casa. Encontrar un sitio donde poder enchufarlo tampoco es fácil, por lo que la mayor duración de la batería se ha convertido en una necesidad imperante en este sector.
Mientras los fabricantes luchan por conseguir baterías más largas y eficientes, también tienen que estar muy atentos a los propios problemas que dan estos componentes, por su sobrecalentamiento, o simplemente por que el ordenador no indica correctamente cuál es el estado real de la batería, lo que nos puede acarrear problemas si pensamos que aún nos queda suficiente y de repente, la batería se esfuma y nuestro portátil se apaga, dejando sin guardar proyectos o datos importantes, o en medio de una conversación trascendental.
Para evitar esto, te enseñaremos a calibrar correctamente la batería. Para ello, lo primero que debemos hacer es colocar la batería en nuestro portátil, en caso de que no lo esté, y estando esté apagado, lo pondremos a cargar totalmente.
Sabremos que está totalmente cargado cuando se ilumine un LED en el propio ordenador, normalmente verde, que nos avisa.
En caso de no disponer de estos LEDs, puedes consultar el manual del portátil, en donde seguramente encontrarás la forma de saber cuándo se ha cargado la batería por completo.
Cuando la batería esté a tope, encendemos el ordenador y pulsaremos repetidamente F8, para iniciar Windows en modo seguro.
Una vez se inicie Windows, desenchufaremos el portátil de la red para que no se cargue más, y dejaremos el ordenador así, hasta que consuma toda la batería. ¿Y para qué? Pues para calibrar de manera segura y correcta la duración de ésta, y además, para evitar que falle de nuevo.
De esta forma, los fallos y problemas que solían darse en nuestro portátil motivados por la batería ya desaparecerán, o al menos se verán disminuidos. Por supuesto, debemos cuidar al máximo todos los componentes del ordenador portátil, así como el propio ordenador, para lograr su máximo rendimiento.