La llegada a finales de año de la retrocompatibilidad a la consola Xbox One fue uno de los anuncios más atractivos realizados por Microsoft en el E3.
Gracias a esta retrocompatibilidad, será posible disfrutar de juegos de Xbox 360, algo que no sucedía con los modelos predecesores de esta consola. Inicialmente comenzará con algunos juegos pero gradualmente se irán agregando más al catálogo de juegos compatibles.
En la actualidad, existen un total de 21 juegos de Xbox 360 que pueden ser probados por los miembros del programa “Preview” de Xbox One, no obstante, cuanto la retrocompatibilidad llegue hacia finales de año se espera que hayan más de 100 juegos disponibles en el catálogo.
La forma en que funciona esta característica que nos permite jugar los títulos de Xbox 360 más añorados consiste básicamente en una emulación total de su capa de hardware, poniendo al mismo nivel dos arquitecturas completamente diferentes, como lo son PowerPC y x86. En otras palabras, al ejecutar en la Xbox One un juego tradicional del Xbox 360, estaremos ejecutando el sistema operativo de ésta.
Básicamente al iniciar la consola se le “engaña” haciéndole creer que está trabajando bajo el sistema operativo de la Xbox 360, ello permite que el usuario utilice todas las ventajas y características del Xbox One como grabar fragmentos del juego, realizar capturas de pantallas o hacer streaming.
Este planteamiento es completamente diferente al que la propia compañía creó a la hora de emular juegos de la Xbox original en la Xbox 360. En ese entonces se utilizaba una shim para cada uno de los juegos que no los escalaba muy bien, algo muy diferente a la Xbox One que usa el mismo emulador para ejecutar todos los juegos de su predecesora.
Esta retrocompatibilidad es sin duda una de las nuevas características más esperadas por los más acérrimos seguidores del Xbox 360 quienes ya no tendrán la necesidad de tener las dos consolas para jugar sus títulos preferidos, a partir de fin de año podrán tener todo en una misma consola, el Xbox One.