Desde Voodoo hasta GeForce: La increible historia de los gráficos 3D (parte 7)

En pleno siglo XXI la búsqueda por la tarjeta más potente y con mejor rendimiento ¡no para! ATI y Nvidia dejan atrás cualquier competencia y se hablan de tú a tú con sus tarjetas. El resto de compañías ya quedan relegadas a mercados de gama media y baja… Sólo hay sitio para los titanes del 3D.

Matrox Parhelia

Te dirigimos nuestras condolencias si fuiste uno de los desafortunados jugadores que gastó demasiado por una tarjeta que funcionaba muy pobremente. Por todos los medios, la Parhelia estaba supuesta a llevar a Matrox de vuelta al terreno del juego 3D después de básicamente abandonar después de la G400, y las especificaciones de la Parhelia parecían esperanzadoras. Tenía un bus de memoria de 256 bits, fue la primera en disponer un bus en anillo de 512 bits, vino ajusta a 220MHz, y una característica llamada «juego envolvente» (Surround Gaming) hizo posible jugar en tres monitores. Soportaba incluso DirectX 9. ¿O no?

Matrox admitiría más tarde que la tecnología shader vertex de la Parhelia no era compatible con DirectX 9, aunque estaba publicitada como una tarjeta DX9. Haciendo el asunto peor, la Parhelia se vendía por 400 dólares, lo cual significaba que los jugadores estaban pagando mucho por una tarjeta rota. Y si esto no fuera suficiente, las tarjetas lanzadas por la competencia costaban la mitad de lo que te destrozaba la Parhelia.

Modelo: Parhelia
Fecha de lanzamiento: 2002
Interfaz: PCI-E
Tipo de Shader: 1.1
Versión de DirectX: 8
Proceso de fabricación: 0.15 micras
Velocidad del núcleo: 220MHz
Velocidad de la memoria: 275MHz
Ancho del bus de memoria: 256 bits
Transistores: 80 millones

ATI Radeon R300

Después de ser sobrepasada por Nvidia, quien retomó la corona del rendimiento con su serie GeForce Ti, fue el turno de ATI de saltar de nuevo al frente. La familia Radeon había entrad en su tercera generación en el verano de 2002, la cual introdujo una arquitectura completamente rehecha. Incluso aunque la R300 fue construida con el mismo proceso de fabricación de 0.15 micras, ATI consiguió duplicar el número de transistores, aumentar las frecuencias de reloj, y proclamar que tenía la primera tarjeta gráfica de escritorio totalmente compatible con DirectX 9.

Parte del salto tecnológico pudo ser atribuido al uso de la tecnología de empaquetado de chips «volteables». Dar la vuelta al extremo permitió enfriar más eficazmente al chip, abriendo un espacio de frecuencias adicional que de otra forma no hubiesen sido alcanzables. Pero mayores velocidades no fueron lo único de lo que la R300 disponía. Esta era la primera vez que un fabricante de chips gráficos sacaba un producto que utilizaba completamente un bus de 256 bits (no revisemos siquiera la Parhelia). Junto con un controlador de memoria transversal, la R300 destacó en tareas intensivas en memoria.

ATI había recuperado de nuevo los puestos más altos en referencias con su 9700 Pro, y más tarde la 9800 Pro y la XT. Otras tarjetas encarnarían la entonces moderna disposición de Radeon.

Dato curioso: Los compradores a bajo precio encontraron una joya en la 9500 Pro, la cual algunos entusiastas fueron capaces de «modear» a una 9700 no-Pro. Aún cuando no tuvo éxito, la 9500 Pro fue popular por sus flujos de procesamiento de 8 bits y su rápido rendimiento resultante.