Probablemente los hermanos Lumiere no imaginaron que el cine llegaría a tener el impacto que ha logrado cuando consiguieron grabar y reproducir imágenes en movimiento. Sin embargo, el impacto que ha tenido esta industria en la vida de muchas personas ha sido tan grande que ya nadie duda en situar al cine como el séptimo arte. Además, muchas películas han servido para retratar parte de la historia no ya sólo del siglo XX sino de toda la humanidad. Hollywood, como gran meca del cine, es quien más huella ha dejado pero otros países como India, Francia o Italia también tienen un hueco destacado. Todo esto sin contar con los países latinoamericanos como México, Argentina, Colombia, Brasil, Uruguay o Venezuela, donde la asistencia a las salas de cine ha aumentado un 40% en los últimos 5 años, y cuya aportación a la industria del cine ha alcanzado niveles notables en la última década.
Hoy en día la afición por el cine ha pasado de las grandes salas a las casas y salas de estar, todo gracias a avances tecnológicos y servicios online como Netflix, que ya comenzó su servicio de streaming 4K para televisores UHD. Esta oferta ha venido acompañada junto a un fuerte desarrollo de la calidad de la imagen con nuevas tecnologías como las televisiones HD y las de pantallas 4K, que doblan la calidad de la imagen. Estas mejores ofrecen a los consumidores más opciones y, sobre todo, una oportunidad de cambiar sus gustos y sus hábitos e la hora de disfrutar del cine. En países de habla hispana, los servicios de video en demanda incrementan sus usuarios a pasos agigantados, aunque aún queda lejos de los datos de Estados Unidos, donde el streaming ya empata con la emisión televisiva.
Netflix y otros servicios de streaming de video han cambiado nuestra forma de ver el cine
Esta nueva forma de ver cine es una gran oportunidad para la industria que ofrece cada vez más oportunidades a actores y actrices para diversificar su trabajo, pero también a guionistas, productores y directores. La prueba es que cada vez más profesionales del mundo del cine, como Kevin Spacey, trabajan en televisión donde hay más libertad creativa y es más sencillo contar historias al tratarse de episodios cortos que no requieren mantener la tensión dramática entre dos y tres horas.
Además, los avances en la alta resolución se extienden no solo a los televisores, sistemas de reproducción y servicios de video por demanda, sino que también ha sido aplicada a las cámaras de fotos y vídeo digitales. Echando un vistazo a las cámaras fotográficas digitales de Sony, se hace patente el gran avance llevado a cabo en los últimos años, tanto en tecnología como en accesorios para cámaras. Y esto también tiene su efecto en el auge de las producciones para televisión, pues les permiten competir con la calidad de las salas de cine, amortizando sus inversiones y apostando por nuevas creaciones.
De todas maneras, más que cualquier profesional, los verdaderos beneficiarios de estos cambios son los espectadores. Ahora tienen una variedad en la oferta de programas y películas. Además, se ha incrementado la experiencia al mejorar la calidad técnica y visual. Por último, estos sistemas no obligan a la audiencia a ponerse a ver una película a una hora concreta sino que le dan la opción de hacerlo en el momento que quiera y le venga mejor.