Las lentes de contacto inteligentes son un producto de la evolución de la biotecnología que está marcando el comienzo de una nueva era de “electrónica de consumo” que nos llevará a estar permanentemente conectados. La tecnología se traslada de nuestros equipos a nuestros cuerpos.
Google, Samsung y Sony entre otros, están desarrollando sensores y circuitos integrados compactos, lo suficientemente biocompatibles como para usarlos en lentes de contacto inteligentes.
Estos dispositivos podrían usarse para la captura de fotos y videos, el aumento de la realidad, mejoras en la visión nocturna, estabilización de imagen e incluso en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
Los movimientos de los ojos, como el parpadeo, también podrían usarse para interactuar con los lentes de contacto digitales. Sony tiene ya una patente que describe una tecnología que puede distinguir entre parpadeos voluntarios e involuntarios.
El diseño de estas nuevas lentes de contacto inteligentes, presenta muchos desafíos. El primero es el tamaño ya que este tipo de dispositivo debe ser compacto en diámetro y grosor. Otro desafío son las baterías, ya que estas al estar fabricadas en la actualidad usando productos químicos son demasiado grandes y son un riesgo para ser usadas en las futuras lentes de contactos inteligentes. Los investigadores buscan acoplar a corto plazo soluciones que podrían involucrar la captura de energía solar, convirtiendo las lágrimas en electricidad o usando un dispositivo piezoeléctrico que genere energía gracias al movimiento de los ojos.
A pesar de que esta tecnología aún están en desarrollo, ya están comenzando a aparecer los lentes de contacto inteligentes en combinación con gafas de pantalla compacta (HUD) desarrollada por Innovega. Llamado ‘eMacula’ (anteriormente ‘iOptik’), el prototipo ha sido comprado por DARPA y combina lentes de contacto digitales con un juego de gafas que esencialmente sirven como pantalla de proyección. La lente de contacto tiene un filtro especial que permite que el ojo se concentre en una imagen proyectada de las gafas y al mismo tiempo pueda ver el entorno circundante. Además de las aplicaciones militares, si la FDA lo aprueba, Innovega dice que su kit podría ser útil para ver juegos o películas en 3D.
Por otra parte, la FDA ya aprobó unas lentes de contacto de Sensimed que puede medir la presión ocular en pacientes con glaucoma, Google ha presentado patentes de lentes de contacto inteligentes, como los que se podrían rastrear los niveles de glucosa, y los investigadores del UNIST están explorando el mismo tema. Mientras que la Universidad de Wisconsin Madison está trabajando en lentes de contacto con enfoque automático que podrían reemplazar a las gafas bifocales o trifocales.
Las tecnologías en este ámbito dependerán en gran medida de la disponibilidad de biosensores extremadamente compactos y asequibles. Además de los lentes externos, la empresa canadiense Ocumetrics está llevando a cabo ensayos clínicos con una lente de contacto digital biónica de autoenfoque inyectable y actualizable que afirma que podría mejorar la visión 20/30 veces. Las mejoras futuras pueden incluir un sistema de administración lenta de medicamentos, realidad aumentada con un sistema de proyección en el ojo que puede acceder de forma inalámbrica a las pantallas de los dispositivos, y visión sobre humana.
En su último comunicado de prensa de junio de 2017, Ocumetrics afirma que la aprobación clínica de los lentes de contacto inteligentes debería lograrse en los próximos dos años para Canadá y la Unión Europea, y de dos a tres años para la FDA de EE. UU. Hablando sobre las desventajas potenciales de la tecnología durante su presentación en Superhuman Summit 2016, el fundador de Ocumetrics, Dr. Webb Garth, expuso que no tener estas nuevas lentes de contacto inteligente podría terminar siendo la mayor desventaja.