El reciente apagón que afectó a millones de ciudadanos en España y Portugal el pasado 28 de abril ha desatado una tormenta política y mediática sin precedentes. El diario británico The Telegraph ha avivado la polémica al publicar un reportaje en el que asegura que el origen del colapso energético fue un experimento del Gobierno español con energías renovables. Según esta versión, el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez buscaba probar los límites de dependencia energética de fuentes verdes antes de desmantelar progresivamente los reactores nucleares, a partir de 2027.
Un “experimento” con energías renovables habría causado el apagón en España, según The Telegraph
El artículo no escatima en críticas: califica el apagón como el peor fallo eléctrico en un país desarrollado en tiempos modernos. Cita fuentes de Bruselas que aseguran que el Gobierno español actuó sin realizar previamente las inversiones necesarias en infraestructuras modernas y redes inteligentes. Esto habría dejado al sistema eléctrico nacional en una situación crítica, incapaz de soportar la carga sin una red de respaldo fiable.

Además, se señala que Red Eléctrica Española, entidad que gestiona la red, habría actuado de forma opaca y con escasa competencia técnica. La cercanía de esta institución al Gobierno —al que estaría supeditada a través de una “acción de oro”— incrementa la gravedad de las acusaciones. La presidenta de esta empresa pública, según el artículo, fue elegida por su lealtad política y no por méritos técnicos, y percibe un salario muy superior al del propio presidente del Gobierno.
Implicaciones políticas y sociales
Más allá de las cuestiones técnicas, el reportaje de The Telegraph plantea un posible terremoto político. Si se confirma que el apagón fue resultado de un ensayo deliberado, mantenido en secreto durante semanas, el coste político para el Partido Socialista podría ser irreversible. La confianza pública, ya de por sí debilitada por los efectos del apagón, podría desplomarse definitivamente.
En su análisis final, el periódico británico sentencia: “La energía verde es la víctima colateral”. Una afirmación dura que pone en entredicho la estrategia energética del Gobierno español, justo en un momento en el que Europa se enfrenta al reto de la transición ecológica.
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