Desde su anuncio, la Nintendo Switch 2 generó una oleada de expectativas entre los seguidores de la compañía japonesa. Sin embargo, a medida que se revelan los primeros análisis técnicos, una preocupación ha comenzado a tomar fuerza: la calidad de la pantalla no solo está lejos de sorprender, sino que es objetivamente inferior a la del modelo original lanzado en 2017. El análisis de Digital Foundry, referente en el ámbito tecnológico, no solo confirma las sospechas, sino que saca a la luz problemas nuevos e inesperados.
La pantalla de la Nintendo Switch 2 es peor que la de la Switch original
Uno de los puntos más preocupantes detectados es el ghosting, un efecto visual que deja rastros en la imagen durante movimientos rápidos. Lejos de representar un avance, la Switch 2 presenta una persistencia incluso mayor que la del panel LCD original. Juegos como Sonic Mania muestran hasta cuatro imágenes fantasma en cámara lenta, algo que refleja la falta de tecnologías como el overdrive, esencial para un rendimiento visual fluido.
A esto se suma el fenómeno del “dirty screen”, una retroiluminación irregular perceptible especialmente en tonalidades claras, que da una sensación de suciedad o inconsistencias en la imagen. Además, el prometido soporte HDR resulta más un añadido simbólico que una característica destacable: con un brillo máximo que apenas alcanza los 450 nits, los negros no son profundos, los blancos carecen de intensidad y la experiencia visual no difiere apenas del SDR tradicional.
Una elección de panel difícil de justificar
Mientras que muchos esperaban que Nintendo optara por repetir la excelente experiencia del modelo OLED, la realidad es que la compañía ha apostado por un panel LCD IPS de calidad cuestionable. Aunque se trata de una pantalla más grande y con mayor resolución, la comparación directa con la Switch OLED la deja en clara desventaja. La falta de contraste, la pobre calibración de color (dominada por una tonalidad fría de ≈7500 K) y la limitada capacidad de mostrar imágenes realistas son críticas difíciles de ignorar.
El único punto donde la Switch 2 logra cierta redención es en su reproducción cromática frente al modelo original, aunque esto no compensa el retroceso general en experiencia visual.
VRR mal implementado y un futuro incierto
Otra promesa incumplida es la implementación del Variable Refresh Rate (VRR). Si bien en teoría es compatible, su funcionamiento es errático: en títulos como Cyberpunk 2077 o Hitman, no se activa correctamente o solo funciona por encima de los 40 FPS, lo que genera una experiencia menos estable que con un framerate bloqueado a 30 FPS.
En definitiva, el apartado visual de la Nintendo Switch 2 parece haber sido una oportunidad desperdiciada. En lugar de consolidarse como una evolución natural de la Switch OLED, este modelo representa un paso atrás que no solo decepciona a los entusiastas, sino que deja en evidencia decisiones técnicas difíciles de entender en pleno 2025.
Gracias