Luego de realizado el análisis en nuestro artículo anterior, las conclusiones son contrapuestas a lo que muchos podrían pensar, aunque hay explicación para todo. Si bien los datos obtenidos en términos de eficiencia contrastan bastante con lo mostrado con la plataforma de Intel, hay que reconocer la arquitectura de AMD ha hecho un trabajo espléndido desde el momento en que se le puso a prueba.
Lo queramos o no, AMD obtiene una performance bastante notable bajo una configuración estándar, sobre todo con el modelo A10-5800K quien se mostró en la mayoría de las pruebas más rápido que el Intel Core i3-3220/3225 en las tareas con varios hilos de trabajo, aunque más lento en aplicaciones X86 que sólo aprovechan el trabajo de un solo núcleo.
Es muy positivo el cambio que tuvo AMD al implementar gráficas HD4000 por sobre la serie HD 3000, por lo que Intel simplemente no tiene nada que hacer en torno al mundo de los juegos con esta plataforma. La diferencia entre un sistema y otro ha sido tan evidente que es necesario separar ambas plataformas como soluciones completamente independientes en términos de resolución y configuración de detalles (a favor de AMD y no de Intel). Quienes prefieran las pequeñas ventajas de un Intel Core i3 con gráficas HD 2500, tendrán que disfrutar al máximo el trabajo con preocesadores de texto, planillas de cálculo y navegación web, pues no da para más.
Lo que los consumidores deben saber es que, el precio que pagan por una plataforma AMD enfatiza el poder en rendimiento gráfico, lo cual genera calor, mayor consumo de energía y ruido, sin embargo, funciona bastante bien. Por otra parte, quienes compren una plataforma Intel como la Core i3-3225 tendrán un ordenador muy rápido, completamente listo para cualquier tarea, de bajo consumo y muy silencioso… aunque con pocas posibilidades gráficas.
En lo que respecta a los precios, hay que decir que los AMD A10-5800K planean venderse por $122, mientras que los A8-5600K se comercializarán en $101. Intel piensa vender sus procesadores Core i3-3225 en $145, mientras el i3-3220 lo venderá en $130. Francamente, si tenemos que dar un consejo para un amigo que busca un desempeño discreto en el mundo de los juegos, sin lugar a dudas la solución es el AMD A10-5800K.
Tras la disyuntiva de no saber qué plataforma elegir, nos planteamos el resumen de lo analizado y colegimos las últimas ideas a continuación. Intel entrega un gran rendimiento en términos de productividad y en contenido para la creación de aplicaciones, donde brilla por sobre la competencia el desempeño térmico. No obstante lo anterior, quienes deseen probar de vez en cuando el tema de los juegos, se sentirán muy mal con la discreta gráfica que se ha incluido, sobre todo cuando estamos en el rango de los $200.
AMD tiene los argumentos necesarios como para ejecutar aplicaciones X86 y contenido 3D, como varios de los modernos juegos que han salido a resoluciones bastante decentes. Lo que sí pasa acá es que tenemos que aceptar los “contra” de esta arquitectura en términos de consumo, calor y ruido. Los entusiastas sin duda preferirán utilizar esta plataforma A10-5800K por sobre la alternativa de Intel que es hasta más cara.
Quienes estén al día con el tema de los avances en refrigeración y consumo, sabrán hacer frente a los impedimentos que supone el uso de AMD APU Trinity, pudiendo armar así un HTPC completamente funcional. Los amantes de Intel, aun cuando quieran defender a su pequeño campeón, en estas lides no tienen cómo hacerlo a menos que consideren comprar una tarjeta gráfica independiente.
Es así como concluimos que el mejor balance en consumo, calor, rendimiento en aplicaciones, gráficas y performance en general, lo encontramos en la plataforma APU Trinity de AMD (específicamente en el AMD A10-5800K). El precio muchas veces es un tema decidor, por lo que consideramos no comprar una tarjeta externa y ahorrar dinero en una plataforma que sirve perfectamente de HTPC, aun cuando haya un procesador de 100W.
Hay que recordar que en una comparativa de encodeo la plataforma APU Trinity más poderosa de AMD se impuso a todo el resto, mientras que en 3DMark 11 ocurrió exactamente lo mismo, aunque el desempeño de las gráficas subieron en un 15% y eso ayudó bastante en el overcloking.