Muchas obras literarias de ciencia ficción ya nos han mostrado en muchas ocasiones realidades alternativas donde el control de las personas se realiza a través de equipos de identificación, obras que nos alertaban de lo invasivo y peligroso que esto podía llegar a ser (por citar la más conocida de todas 1984). El problema es que esta «realidad literaria» se ha vuelto cada vez más cercana a la realidad en la que vivimos. El caso más reciente lo veremos pronto en Singapur, donde el gobierno quiere instalar cerca de 110 mil cámaras de vigilancia con capacidades de reconocimiento facial.
Muchas personas que apoyan la medida y llegan a afirmar que «quien no debe, no teme», pero el problema es mucho más complejo que eso: estos sistemas de reconocimiento facial son capaces de identificar a cualquier persona buscada que esté registrada en las bases de datos, pero, más aún, pueden reconocer a cualquier persona que sea de interés del gobierno, sea cual sea.
El gran hermano chino se extiende…
El gobierno, a través de la empresa responsable de la instalación de las cámaras -la compañía GovTech-, afirma que la medida tiene como objetivo la seguridad de los ciudadanos, especialmente para protegerlos contra actos terroristas. El proyecto, llamado LaaP, o Light Post as Platform (poste de luz como plataforma) debería concluirse ya en 2019.
«Como parte de las pruebas de LaaP, estamos experimentando varios tipos de sensores, incluyendo cámaras que pueden soportar características de reconocimiento facial. Estos recursos pueden ser usados para realizar análisis de multitudes y dar soporte a la investigación de seguimiento en caso de un incidente con terroristas», afirmó GovTech.
Una de las empresas que participan en la licitación para formar parte del proyecto es Yitu, que ha desarrollado un software de reconocimiento facial capaz de identificar 1,8 millones de caras en sólo unos segundos.
El gran hermano cada día se extiende más y más y ya no solo involucra a lo que hacemos en Internet…sino a todo lo que rodea nuestras vidas.
Saludos desde lo más profundo de los bytes.