Una de las noticias de este fin de semana a nivel tecnológico ha sido la retirada de ayuda por parte de Google a Huawei tras las presiones recibidas por parte de la administración de Trump. Esto obligará al gigante asiático a tomar medidas que podrían ir desde la creación de un fork de Android al impulso de su propio sistema operativo. Aún es pronto para conocer cuales serán los próximos pasos que tome Huawei y más conociendo que Google no es la única compañía que reniega de Huawei, a esta se le acaban de unir Intel, Qualcomm y Broadcom.
Esta medida no ha pillado por sorpresa a Huawei, quien pensó en el futuro y cuenta con un suministro de componentes necesarios para garantizar la producción de dispositivos durante tres meses.
Google fue el primero en reaccionar ante la lista negra de compañías extranjeras con las que el presidente de los EE.UU., Donald Trump, le ordena a la empresa estadounidense que no negocie con Huawei. Y ahora, según indican algunas fuentes, los principales fabricantes de procesadores, chips, plataformas de SoC y módems que están conectados a Google se unen a este veto.
Se trata de los «tres pilares» del negocio de los semiconductores: Intel, Qualcomm y Broadcom. Según Bloomberg, los empleados de estas compañías fueron informados de que todas las transacciones con Huawei se detuvieron «hasta nuevo aviso». Intel suministra servidores y procesadores a Huawei para sus ordenadores portátiles, Qualcomm por su parte suministra módems y plataformas de un solo chip (SoC) para smartphones y otros equipos de clientes, Xilinx y Broadcom producen diversos componentes de equipos de red.
Aún no está claro cómo terminará esta guerra comerciales entre Estados Unidos y China, que tiene como campo de batalla la implantación de la tecnología 5G a escala mundial. Lo que sí tenemos claro es que Huawei no es ZTE. Huawei es el segundo fabricante de smartphones más grande del mundo, una compañía de investigación y desarrollo líder en el mundo, y uno de los principales fabricantes de equipos de comunicaciones. Cuentan con muchos más recursos que ZTE.
Además, tal y como os adelantamos Huawei ya había asumido tal desarrollo de eventos, por lo que la compañía se abasteció de los componentes de las firmas estadounidenses mencionadas anteriormente con tres meses de anticipación. Este tiempo es suficiente para resolver la situación actual. Esta medida restrictiva de los Estados Unidos es una estrategia de intimidación estándar que suelen usar. Una política a largo plazo de discriminación contra compañías que no son del gusto del gobierno americano.
Como se suele decir las guerras son largas y nunca hay un ganador ya que en esta guerra comercial perdemos los usuarios.
Fuente: Bloomberg
Saludos desde lo más profundo de los bytes.